La revuelta comunera en Colombia ..... ¡Viva el Rey, no queremos pagar la armada de barlovento!
Fecha de noticia: 29-Septiembre-2014
Por: Carlos Urbina
El calendario marcaba el año 1779 y Carlos III acometió lo que hoy llamamos las Reformas Borbónicas. Estas reformas estaban encaminadas a sacar a España del atraso que la decadencia de los Habsurgo la habían dejado y poner al Imperio a la altura de Inglaterra, Francia y Holanda.
Parte de estas reformas buscaban fortalecer el cobro de impuestos y así financiar al que otrora fuera el ejército más poderoso del continente.
Era prioridad financiar al ejército por la guerra que había declarado Inglaterra en el año 79. El virreinato de Nueva Granada, del que Panamá formaba parte, sabía bien lo que era pelear con los Ingleses porque unos años antes, en 1741, se les había derrotado en lo que fue el desastre militar más grande de la armada británica, hasta ese momento, en la Batalla de Cartagena dentro del contexto de la guerra de "la oreja de Jenkins".
El valor español, la genialidad del teniente general Blas de Lezo, junto con las enfermedades tropicales, hizo que las tropas españolas de poco más de 3,500 hombres venciera a las casi 30,000 de los ingleses. Esta batalla recordó al Imperio español que las guerras se ganan con valor, buena dirección, suerte y plata. Para buscar esa plata se enviaron visitadores a América siendo un tal Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres el que llegó a Santa Fé de Bogotá. La misión de Piñeres comenzó el 12 de octubre de 1780 y consistió en dictar una instrucción general que aumentó el alcabala y revivió el impuesto de la armada de barlovento.
La población del virreinato, de la que Panamá formaba parte, resintió estos nuevos impuestos y a los pocos meses se sublevó en la población del Socorro en Santander, el 16 de marzo de 1781. La revuelta fue liderada por Manuela Beltrán con la consigna: "viva el Rey y muera el mal gobierno. No queremos pagar la armada de Barlovento".
El impuesto de la Armada de Barlovento fue introducido décadas antes para financiar la defensa del caribe y nosotros, en Panamá, lo pagamos por muchos años. Las reformas borbónicas lo reestablecían, junto a otros impuestos que venían en la forma de monopolios estatales llamados estancos (al alcohol, tabaco, etc.)
A Beltrán se le sumaron indios, mestizos y criollos que marcharon a Santa Fé de Bogotá a demandar la eliminación de los nuevos impuestos. La delegación que partió del Socorro llegó a Bogotá con casi 20 mil hombres.
Los rebeldes encontraron a Santa Fé sin el Virrey que había salido a Cartagena para defender a la colonia de los ingleses. En su ausencia, fue el arzobispo Caballero y Góngora, más tarde virrey, quien tuvo que negociar las capitulaciones de Zipaquirá prometiendo, entre otras cosas, abolir el impuesto de la armada de barlovento, disminuir el alcabala y los estancos.
La rápida negociación y aceptación de las condiciones generó suspicacia en ciertos comuneros liderados por José Antonio Galán. Esta suspicacia estaba en lo correcto porque una vez regresó el Virrey de Cartagena, las capitulaciones fueron anuladas.
Galán activó a los comuneros con una nueva revuelta que fue suprimida por las tropas españolas que lo ahorcaron a él y a otros conspiradores.
Moría así la revuelta comunera en Colombia pero antes, según cuenta la historia, se hicieron contactos con los ingleses que desencadenarían una serie de eventos que terminaría en la Independencia de España y el nacimiento de la Gran Colombia de Bolívar. Entre estos contactos parece estar el de Miranda con el gobierno inglés que fue, según historiadores, precursor de sus labores de independencia en las décadas venideras donde el Imperio Español se derrumbó y nuestro sub-continente no pagó más alcabala a ningún rey extranjero.
Haz click aquí para conocer sobre la revuelta comunera del Paraguy liderada por el panameño José de Antequera y Castro: (Revuelta Comunera del Paraguay) y la del Perú dirigida por el inca Tupac Amaru: (Revuelta coumunera del Perú).
Tweetea o dale like a esta noticia: